El Halcón peregrino había vivido en la ciudad de Barcelona hasta el año 1973 cuando fue muerta la última pareja. En 1999 comenzó un proyecto para reintroducirlos y en 2005 una pareja anidó con éxito por primera vez en el famoso templo de la Sagrada Familia. Esto fué una gran noticia ya que el templo es un edificio emblemático para la ciudad y miles de turistas lo visitan cada año. Otras parejas de halcones urbanos nidifican ahora en otros edificios de la ciudad, en un acantilado y también en una enorme central térmica en desuso.
Tras dos décadas de proyecto, el éxito es que ahora el número de parejas ronda la decena en la ciudad de Barcelona y su entorno inmediato.