La Arctic Coast Way (Ruta de la Costa Ártica), es un recorrido de 900 km por carreteras del norte de Islandia, una tercera parte de las cuales son pistas sin asfaltar. Pero esta ruta no se cuenta en kilómetros, si no en experiencias vividas. En verano sería un viaje placentero, pero se transforma en una verdadera aventura durante el largo invierno, cuando las nevadas, el hielo, las ventiscas o la niebla lo blanquean todo.
Los paisajes remotos y salvajes, entre el mar y las montañas, donde pueden observarse ballenas, focas, aves, géiseres y auroras boreales, se alternan con granjas donde crían a los caballos islandeses, y pueblos de pescadores cuya vida en esos meses parece encontrarse en hibernación, dadas las pocas horas de luz diarias.
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Oriol Alamany
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